Empleando tecnología blockchain o de cadena de bloques, un artista puede convertir una canción o un videoclip en un NFT musical y ponerlo a la venta. Y como ocurre con otros contenidos NFT, todavía no queda del todo claro en qué consiste ese NFT y para qué sirve, aparte de crearlo, venderlo o comprarlo. Veamos qué es un NFT musical y qué posibilidades ofrece al mundo de la música.
A estas alturas ya habrás oído hablar de los NFT. Los tokens no fungibles son un elemento digital o virtual criptográfico que representa algo único, tal y como vimos en un artículo anterior. Por todas partes surgen proyectos relacionados con los NFT y el metaverso. Y la música digital tiene también su espacio para desarrollar nuevas ideas e innovar en el ámbito musical.
En primer lugar, si hacemos una búsqueda online, encontraremos que ya existen espacios que unen música digital y NFT. Mercados online como AirNFTs u OpenSea ya cuentan con espacios específicos para la música. Vamos, que puedes adquirir, mediante criptomonedas, contenido NFT musical. La pregunta es, ¿y en qué consiste un NFT musical?
Del streaming al NFT, la música evoluciona
El mercado online de NFT AirNFTs lo explica muy bien. “La industria musical ha visto muchas transformaciones a lo largo de los años”. Aunque olvida la música en directo y los conciertos, recuerda los cambios del mercado musical a nivel de formatos, desde las casetes a los discos compactos. En la actualidad, todos consumimos música a través de plataformas musicales como Spotify, Apple Music o Movistar Música. Música en todos tus dispositivos a través de Internet.
El NFT se erige como una evolución de la música. O mejor dicho, como una alternativa más para que músicos y cantantes tengan una fuente adicional de financiación. Además de los propios discos, las reproducciones, los conciertos, el merchandising y/o las apariciones en televisión, ficción o videojuegos, la música se puede adquirir en forma de NFT que le da al comprador un elemento digital único. Volviendo a las palabras de AirNFTs, “en el mundo de la música, los artistas consiguen vender contenidos digitales limitados a sus fans que pagan a través de criptomonedas. Ahora se puede producir cualquier contenido musical que no pueda ser falsificado.”
Hay varios ejemplos de lo que da de sí el NFT en la música digital. Para empezar, lanzar ediciones limitadas de álbumes musicales. Cada edición es un NFT, una copia limitada a la venta online y con contenido exclusivo. Pero hay más. Merchandising físico o virtual, derechos musicales de una canción o pieza concretas… En definitiva, cualquier elemento virtual que pueda manipularse y ser visto o escuchado, es susceptible de dar pie a un NFT que se venderá y revenderá en los mercados o marketplaces del ecosistema crypto.
Ejemplos de la música en el mercado NFT
Una de las noticias más importantes relacionadas con música digital y NFT se produjo en febrero de este mismo año. Coachella, uno de los festivales musicales más innovadores y con mayor reclamo en la actualidad, anunció entradas para su festival en formato NFT. Y no entradas para un solo festival. Entradas para toda la vida. 11.010 NFTs divididas en tres colecciones que equivalían a entradas al festival, experiencias únicas una vez dentro del festival y/o otros obsequios y exclusividades. Una forma de vender entradas alternativas y que se salta los intermediarios habituales, tan criticados en los últimos años por los sobreprecios y/o los problemas para acceder a las plataformas de compra.
Los derechos o royalties sobre la música digital son otra de las grandes salidas del NFT. Uno de los casos más recientes es el del cantante de hiphop Nas. Dos de sus últimos éxitos, premiados con sendos Grammy en 2022 y 2021, se pusieron a la venta en forma de NFT. En total, 760 tokens que daban derecho a la propiedad sobre la reproducción de esas canciones en plataformas de streaming. En función del token adquirido, el propietario recibe un porcentaje de los royalties. Una porción muy pequeña en porcentaje pero que supone “poseer” canciones tan reproducidas como Ultra Black o Rare. En la práctica, es una manera más de contribuir con un grupo o cantante de nuestro agrado más allá de acudir a sus conciertos o comprar su música.
Otros NFT juegan con la exclusividad. A finales de 2021, se puso a la venta en forma de NFT una canción de Whitney Houston que todavía no se había publicado. Una canción exclusiva que correspondía a una audición que hizo la cantante a la edad de 17 años. El NFT ideal para coleccionistas y fans de la cantante. La canción, acompañada de un videoclip también exclusivo, se vendió por casi 1.000 dólares estadounidenses. Eso sí, en esta ocasión el dinero fue a parar a la fundación de la cantante.
En definitiva, el NFT abre las puertas a la música digital para crear nuevas maneras de interaccionar con el público. Una vuelta de tuerca a lo que puede ofrecer el cantante o músico a sus fans incondicionales y una alternativa para financiar nuevos discos y proyectos sin pasar por las grandes discográficas. Y todavía está por todo lo que puede dar de sí el NFT en la música y otros sectores audiovisuales y de creación de contenido.